Redactado por Fernando Xavier Rivas Zapata RZ232193
Veo el mundo por primera vez. Es un mundo precioso. Será más
bonito cuando estemos juntos.
Eso es lo primero que pienso, y es a la vez pregunta y deseo. Cuando estamos
juntos, no sé quién eres. Pero, cuando estemos juntos, tendré la respuesta a la
primera pregunta y primer deseo.
Giro los pétalos de mi cuerpo. Los contraigo en mi propio núcleo. Estoy lleno
de Luz. Soy una maravilla, un manantial.
Desciendo flotando hasta tocar el suelo. El rocío humedece la hierba, y ruedo
en el húmedo y suave césped. El sol se eleva sobre las montañas y es hermoso.
El cielo está iluminado de rosa y azul. Colores que conozco; colores que no he
visto nunca.
Veo que otros me siguen y luego se separan y se asoman al mundo. Tienen la
misma pregunta. Empiezan a marcharse; uno a uno, se van.
"¿Dónde vas?", pregunto a una Espectro de color rojo y dorado. Se
para a pensar un instante.
"No lo sé", me responde. "A algún sitio bueno".
Continúa. La veo alejarse flotando hasta que desaparece de mi vista. Veo a
otros marcharse de la misma manera. La misma pregunta.
Vuelvo la vista atrás. El Viajero ocupa toda mi visión y toda mi percepción. Sé
lo que es, y sé que provengo de él.
Siento devoción por primera vez. Soy parte del Viajero, que ha dejado que me
marche para recorrer este maravilloso mundo.
Siento miedo por primera vez. En mi búsqueda, debo dejarlo, pero no debo
abandonarlo; y él no debe abandonarme a mí.
Soy su corazón, sus manos, sus ojos y su calidez.
Soy un Espectro. Deambulo; busco. Hay una canción, una chispa, y la buscaré. Es
mía; es nuestra. Está en algún lugar de este maravilloso mundo.
Para encontrar un propósito, para encontrarte.
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