Se conoce con el nombre popular de mariposa a las distintas especies existentes de insectos lepidópteros (del griego lepsis, “escamas”, y pteron, “alas”), casi siempre voladores, de los más numerosos entre todos los insectos del planeta. Algunas especies tienen hábitos diurnos y otras nocturnos, pero las nocturnas son la mayoría (y las menos populares). Existen alrededor de 165.000 especies diferentes de mariposas, clasificadas en 127 familias.
Las mariposas han llamado la atención de los seres humanos desde la antigüedad. En parte esto se debe a los asombrosos colores y patrones de las alas de las diurnas, y su atracción por las flores. Además, sus larvas, llamadas orugas, proveen de alimento a numerosas especies de seres vivos en la naturaleza.
Por otro lado, también presenta un misterio ya que en su ciclo de vida la metamorfosis juega un rol central. Quizás por eso, las culturas antiguas les reservaron un lugar importante en su imaginario y su mitología.
En las diversas tradiciones, la mariposa suele representar la belleza, la pureza o la armonía, pero también el cambio, la transición de algo imperfecto y temporal, hacia algo maravilloso y eterno. Muchas religiones vieron en el destino de las mariposas un equivalente al destino del alma humana. Tanto así que los antiguos griegos llamaban a la mariposa psyché, término también empleado para el alma y para la conciencia.
Sin embargo, la diversidad de nombres que reciben las mariposas en Occidente es enorme, y no parece haber demasiada relación entre ellos. Su nombre en español proviene de la unión de María, por la virgen católica, y el verbo posar, probablemente fruto de alguna canción infantil o religiosa de antaño.
Pero en inglés se las llama butterfly, en alemán schmetterling, en portugués borboleta, en francés papillon y en italiano farfalla. Eso por no hablar de los nombres específicos de cada especie.
Redactado por:
Karen Quevedo MQ242441
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